En este sitio hallarán los programas correspondientes a los cursos 2012 / 2011 / 2010 de Literatura a cargo de la Prof. Carmen Ramírez, además de apuntes y consignas de trabajo. LICEO PEDRO L. IPUCHE de Santa Clara de Olimar y LICEO ENRIQUE ALZUGARAY de Cerro Chato.
Ayuden a que el sitio mejore y crezca aportando sus comentarios, participando. GRACIAS

lunes, 12 de marzo de 2012

HOMERO Y LA ILÍADA

Héroe: persona que realiza un esfuerzo el cual lleva a actos extraordinarios, a hazañas. Estos actos pueden importar solamente al héroe, a otras personas por las cuales éste intervenga, o a toda una comunidad a la que el héroe represente. Sea cual sea el origen de estas hazañas, siempre van a tener una repercusión en el terreno social, van a trascender lo meramente individual.
En el caso de los héroes homéricos éstos, al ir a combate, buscan su gloria personal, pero –a la vez- de sus victorias se origina un beneficio para la comunidad. Los héroes homéricos son nobles, guerreros destacados, individuos de alta posición social. Justamente debido a su posición, están obligados en todo momento a demostrar a los demás su ARETÉ (conjunto de virtudes tanto físicas como espirituales); es por eso que frecuentemente rivalizan entre sí. El Areté guerrero se halla íntimamente ligado a la opinión que los demás tengan respecto a ese individuo; ello explica la preocupación por demostrar públicamente sus virtudes.
Los guerreros de la Ilíada, aunque no eligen directamente su muerte temprana, la asumen como precio a pagar por la gloria eterna.
La nobleza retratada en esta obra de Homero es, en su mayor parte, una imagen ideal de la fantasía, creada con el auxilio de rasgos transmitidos por la tradición de los antiguos cantos heroicos. Tengamos en cuenta que La Ilíada fue compuesta alrededor del siglo VIII a.C. pero narra hechos que habrían acontecido al menos tres siglos atrás.
Sin dudas, el personaje central de La Ilíada es Aquiles; en el centro de la obra se coloca sus virtudes (areté) como encarnación del ideal heroico de una nobleza guerrera, pero, al mismo tiempo, aparece una visión crítica de los excesos (Hybris) del héroe.
El autor de La Ilíada y de La Odisea atribuye a la poesía una función trascendental de eternizar la fama de los héroes; en ese sentido el poeta se siente un intermediario entre los dioses y su público.
Frente a lo que tiene que contar, el poeta guarda distancia para preservar la atmósfera ideal de la gesta heroica, separándola de lo cotidiano y de la intromisión de opiniones personales.
La Ilíada muestra una admirable unidad ya que gira en torno a un acontecimiento (la disputa entre Aquiles y Agamenón) y todas las consecuencias que ese episodio acarrea.
A la hora de manejar el ritmo narrativo, Homero se vale de anticipaciones y retardos. En el caso de las anticipaciones, aunque el público ya conoce de antemano el asunto de la obra (es decir que no hay incógnita respecto a qué pasará), le dan a hecho presente otra perspectiva. Por ejemplo: se nos hace conocer a nosotros, los lectores, la patética inutilidad de un esfuerzo, o la falsa confianza de un personaje.
En cuanto a los retardos, lo que hacen es dilatar, demorar el hecho que esperamos.
Las escenas que componen los grandes bloques de las rapsodias se integran por una sucesión alternada de pasajes narrativos y de discursos; puede decirse que en La Ilíada los personajes no dialogan, sino que intercambian discursos.
En cuanto a la creación de los personajes, podemos decir que ésta es indirectamente, o sea que Homero no hace un retrato directo: los personajes “se crean a sí mismos” mediante sus palabras y sus acciones. Homero suele establecer similitudes u oposiciones entre pares de personajes para que su personalidad quede mejor definida.
Otro recurso que sirve para caracterizar personajes es el epíteto (si bien no se aplica sólo a los humanos). Es un término o frase fija (por tradición) que individualiza a ese personaje (ejemplos: “Aquiles el de los pies ligeros” o “Héctor el de tremolante casco”).
En cuanto a los tramos narrativos el recurso más destacado es el símil (comparación extensa), que no sólo funcionan como elementos de descanso y variación sino también, como pequeñas escenas en sí.
Homero centra su atención en el mundo humano (y divino). Todo lo demás, incluyendo a la naturaleza, es sólo fondo sobre el que se recortan las individualidades de sus actores. En La Ilíada las referencias a la naturaleza son mucho menos frecuentes que en La Odisea.
Si bien un hombre es el centro de La Ilíada, el papel de los dioses es fundamental. Son seres antropomórficos que viven en el Olimpo e influyen permanentemente en el plano humano.

Extraído de :
· ÁLVAREZ, Mario: “Homero”
· JAEGER, Werner: “Paideia”

No hay comentarios:

Publicar un comentario