En este sitio hallarán los programas correspondientes a los cursos 2012 / 2011 / 2010 de Literatura a cargo de la Prof. Carmen Ramírez, además de apuntes y consignas de trabajo. LICEO PEDRO L. IPUCHE de Santa Clara de Olimar y LICEO ENRIQUE ALZUGARAY de Cerro Chato.
Ayuden a que el sitio mejore y crezca aportando sus comentarios, participando. GRACIAS

miércoles, 21 de abril de 2010

4to año. EL CID




El “Cantar de Mio Cid” es la obra más antigua escrita en lengua castellana que ha llegado a nosotros. Es indudable que no fue este poema el primero de la literatura española, pues tiene unos valores expresivos y un dominio del idioma que sería imposible encontrar en un primer intento literario. Si se lo considera como punto de arranque es justamente porque no se han conservado obras anteriores.
Este Cantar narra las hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar, héroe castellano. Habría sido compuesto hacia 1140, sólo unos cuarenta años después de la muerte del Cid (1099). Muchos de los que conocieron al Campeador, e incluso algunos de los personajes que aparecen en el poema, vivirían aún cuando éste comenzó a cantarse en las plazas de las aldeas y en los salones de los castillos. El poeta que lo compuso habría tenido noticia directa de las proezas del héroe. Por todo ello, una de las características del poema es su historicidad. Se ha podido comprobar la existencia real de la mayoría de sus personajes, y las hazañas guerreras que en él se narran son, en lo esencial, históricas.
El manuscrito que ha llegado hasta nosotros fue descubierto por un erudito en el siglo XVIII. Es una copia del primitivo Cantar, hecha en el siglo XIV y en la cual figura el nombre de Per Abbat, que se supone es el copista. El manuscrito que se conserva no está completo: falta una página al comienzo y dos más en el interior del mismo.
No se conoce el nombre del autor del Cantar de Mio Cid, aunque según Menéndez Pidal sería obra de dos autores, uno de San Esteban de Gormaz, que hizo una versión más antigua, y otro de Medinaceli, que refundió el poema y le añadió algunas partes menos ajustadas a la realidad histórica.
Hay que destacar el realismo geográfico del poema. Todas las ciudades mencionadas en él existen y se las sitúa correctamente, si bien se citan muchos más nombres y se describen detalladamente las comarcas próximas a San Esteban de Gormaz y Medinaceli, lugares de origen de los supuestos autores.
“El Cantar de Mio Cid” exalta, a través de su héroe, las virtudes más arraigadas en el pueblo castellano y ése es su principal valor como poema nacional: la fidelidad, el amor familiar, la lealtad al rey, la sobriedad en las costumbres. No es un poema escrito para que el pueblo admire las virtudes del rey y de la nobleza sino que en él el pueblo escoge su héroe y lo representa con las virtudes que le resultan más familiares y entrañables.
El estilo es directo, sobrio y expresivo, con grandes aciertos poéticos a pesar de su sencillez. En la descripción de los personajes en particular se manifiesta el realismo que caracteriza al poema. El Campeador no sólo se nos presenta como guerrero invencible, sino como esposo, padre y compañero, que siente gran afecto por los suyos.
Este cantar se diferencia de la épica francesa por la ausencia de elementos sobrenaturales, la moderación con que se conduce su héroe y la relativa verosimilitud de sus hazañas. Además está muy presente la condición de ascenso social mediante las armas que se producía en las tierras fronterizas con los dominios musulmanes. El propio Cid, siendo un infanzón (hidalgo de escasa categoría social), logra sobreponerse a su humilde condición dentro de la nobleza, alcanzando por su esfuerzo prestigio y riquezas, y finalmente un señorío hereditario (Valencia).
El poeta del Cid es espontáneo y no se atiene a normas para componer sus cantos. Los versos tienen distinta métrica (13, 14, 15, 16 sílabas), y la rima es asonante.
ESTRUCTURA DE LA OBRA. Tres partes bien diferenciadas pueden distinguirse en el poema:
Cantar del destierro. El Cid, acusado de no haber entregado los tributos que había recibido del rey moro de Sevilla, es desterrado de Castilla por Alfonso VI. Sale de Vivar, dejando atrás todas sus posesiones y luego de dejar a su mujer Doña Jimena y a sus hijas en el monasterio de San Pedro de Cardeña, sale de Castilla e inicia las campañas contra los moros.
Cantar de las bodas de las hijas del Cid. El Cid se dirige hacia Valencia, venciendo a los moros en numerosas batallas y logra conquistar esta ciudad. Envía presentes al rey Alfonso y le ruega que le permita a su mujer y a sus hijas reunirse con él, pedido al que el rey accede. Los Infantes de Carrión piden en matrimonio a las hijas del Cid, Doña Elvira y Doña Sol, y el rey intercede para que la boda se realice. El rey, además, otorga públicamente su perdón al Cid, el cual nunca ha dejado de considerarse su vasallo, a pesar de haber sufrido destierro.
Cantar de la afrenta de Corpes. Tras haber dado evidentes muestras de cobardía más de una vez ante el Cid y sus caballeros, los Infantes de Carrión, sintiéndose humillados, deciden vengarse del Campeador. Le piden permiso para volver a Carrión con sus esposas y, durante el viaje (en el robledal de Corpes), los infantes despojan de sus vestidos a las muchachas, las azotan y las abandonan allí. Enterado el Cid de la ofensa, pide justicia al rey. Los guerreros del Cid desafían y vencen a los Infantes de Carrión y, con el proyecto de una nueva boda –esta vez entre las hijas del Cid y los Infantes de Navarra y Aragón- termina el poema.
Se puede decir que el TEMA del Cantar del Mio Cid es la honra del héroe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario